08 julio 2025

Existencia en caos

 A veces me pongo un poco existencialista, no sé si  esa será la palabra correcta o el termino que en realidad define lo que siento y pienso. Pero voy a llamarlo asi. Mi mente jamás está en blanco, cosa con la que he aprendido a vivir, la verdad no siempre es caótica y pesimista, la mayor parte del tiempo estoy organizando cosas, pensando en escenarios ficticios felices, en mundos reales o imaginarios. Pero hay momentos, solo a veces, al menos una vez por mes (quizás propiciado y exacerbado por ese día del mes que me alborota las hormonas y me hace sentir un dolor en el vientre bajo y las piernas) en que me encuentro pensando en el vida y me siento un poco aburrida. No quiero desaparecer de este mundo, pero a veces me pregunto si es solo esto, ¿qué quiero realmente? ¿tengo realmente un objetivo en la vida? ¿por qué existo en este mundo? Puede sonar muy pesimista, depresivo, doloroso, pero yo solo lo pienso con verdadera curiosidad y cierto hastío. En mis mejores momentos (o sea, cuando no estoy pasando por el síndrome pre menstrual, post menstrual o el momento mismo) pienso que existo para ser feliz, reír, escuchar música, hacer deporte, crear, sentir, llorar, sufrir, gritar, y por sobre todo amar. Pero cuando no estoy en ese punto, vuelvo a darme vuelta en las preguntas anteriores. ¿Será la tan llamada crisis de los 30 que se acercan? nunca me ha dado miedo envejecer, pero si me asusta llegar a pensar que ya no soy feliz. Llegar a un momento en el que piense, no quiero nada de esto, nada me llena, nada me da felicidad, nada me hace sentirme dichosa, no siento regocijo. Eso me preocupa de vez en cuando. La infelicidad y el sentimiento de insuficiencia, suelen ser aterradores por momentos, y al mismo tiempo, no siento nada, no me siento vacia, tampoco infeliz. Me siento existiendo, hoy solo sobrevivo.

22 mayo 2025

Diario de una ansiosa

Hcae muchisimos años que no escribia en este blog. Es probable que nadie lo lea, pero sentí la necesidad de retomar la escritura.
Esta vez la recaída de la ansiedad no fue tan profunda, lo cual no lo hace más fácil. AL menos las crisis están a raya y fueron significativamente menos que la vez anterior, pero aún así tuve que volver a las pastillas. No me entristece en realidad, pero sigue siendo un proceso arduo, de adaptación, de días grises, de momentos dificiles, de pena, de angustia. Intento ser agradecida pero la verdad es que cuando me siento mal no quiero pensar en nada, y es difícil mantener la mente en blanco. En estos días, siento muchas ganas de dormir y refugiarme en mi espacio seguro. Mis pensamiento instrusivos me dicen que es malo, que tengo que ser funcional y producir, pero mis redes de apoyo, mis cables a tierra, me dicen que está bien. No tiene nada de malo. Estamos tan acostumbrados a esta sociedad de producción, tan rápido, donde siempre hay que estar al cien por ciento, siempre hay que ser productivo, siempre hay que estar activo, pero yo quiero pausa. Necesito tomarme las cosas con calma, más lento, porque solo así me siento bien. Algo de lo que sí estoy siempre agradecida, es que al menos todos los días, hay momentos buenos.